Argentina suspende exportaciones de carne, pero industria chilena no espera un gran impacto

Varias alarmas se encendieron ayer luego de que el gobierno argentino tomara la decisión de suspender las exportaciones de carne durante 30 días, como medida para intentar contener el aumento de precios en los alimentos y, con ello, la inflación.

En un comunicado, las autoridades del país sinceraron que, “como consecuencia del aumento sostenido del precio de la carne vacuna en el mercado interno, el gobierno nacional decidió la instrumentación de un conjunto de medidas de emergencia tendientes a ordenar el funcionamiento del sector, restringir prácticas especulativas, mejorar la trazabilidad de las exportaciones y evitar la evasión fiscal en el comercio exterior”.

Con todo, agregaron que mientras se terminen de implementar estas acciones, los envíos de carne vacuna estarán limitados durante un período de 30 días.

Según el medio local El Cronista, Alberto Fernández, presidente de Argentina, dio a conocer la medida a empresarios del sector frigorífico, en momentos en que el consumo de carne en el país tocó un mínimo histórico en 100 años: 45,2 kilogramos per cápita por año, de acuerdo a los datos de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).

Tras conocerse la decisión, las principales asociaciones agrarias de la nación trasandina anunciaron un cese en las ventas de bovinos por nueve días, como medida de protesta, según consignó Reuters.

Impacto en Chile

Tras estas reacciones comenzaron a surgir las interrogantes en relación a cómo impactaría esta noticia al mercado chileno, en el que Argentina se ubica como el tercer proveedor de carne después de Paraguay y Brasil.

Según cifras de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), hasta abril de este año el mercado trasandino representaba el 14% de nuestras importaciones de carne en volumen.

Desde la industria local calmaron los ánimos y señalaron que no se sentirían grandes efectos, dado que se espera que los dos países antes mencionados compensen el cierre temporal del mercado trasandino. Más aún cuando ésta tampoco sería la primera vez que una medida similar se toma en el vecino país, por lo que ya los actores saben cómo responder.

El gerente general de ChileMeat -Faenacar, Rafael Lecaros, dice que las restricciones, aunque temporales, “no van a tener impacto en los precios, más que quizás un impacto especulativo de la primera semana. Hoy la carne tiene un mercado demasiado abierto, y aunque Argentina representa el 15%, puede reemplazarse por países como Paraguay, Brasil o en cualquier parte del mundo, como hemos visto en el pasado”.

E incluso, el ejecutivo del gremio visualiza una oportunidad en este contexto, en la que cree podría aumentar la demanda de China.

Cristóbal Cabezas, gerente comercial de Doña Carne, actor de la industria con más de 21 años de experiencia, analiza que la medida tomada por el gobierno trasandino es de muy corto plazo, por lo tanto, agrega que “llegar a conversar sobre la dimensión del problema es muy difícil, debido a que el efecto inmediato que puede tener son para los grandes importadores de carne Argentina, como el mercado europeo y chino”.

Añade que el efecto real en la industria se va a notar cuando los otros actores que le compraban a Argentina, vayan a recurrir a Brasil y Paraguay, donde Chile se abastece actualmente. Estos dos países, representan cerca del 80% del abastecimiento de la carne importada, destaca.

“En el corto plazo no debería existir ninguna variación en los precios, menos en nuestras carnicerías Doña Carne, debido a la expertise que manejamos en las compras. Sin embargo, en un mediano y largo plazo hay que ver si esta medida se va a mantener; por ahora el anuncio de Argentina nos deja muy poca información”, indica el ejecutivo.

Al respecto, sostiene que Chile, en general, es un mercado bien preparado para esos cambios. “Hay que entender también que somos un país que importa la mayoría de la carne, por lo tanto, el precio no será un factor importante para el consumidor final en el corto y mediano plazo. Si la medida se llega a mantener, deberíamos estar conversando de un problema mayor”, puntualiza.